Los Tuxtlas, mi aula en la selva

“Es peligroso, Frodo, cruzar tu puerta, pones tu pie en el camino, y si no cuidas tus pasos, nunca sabes a dónde te pueden llevar”.  Bilbo Bolsón

A inicios de 2019, por una decisión de corazón y vida, llegue a la región de Los Tuxtlas, Veracruz. Comenzando de cero.

Desde que llegue, trabaje, busque, encontré y me encontraron oportunidades.

En Catemaco, a semana y media de llegar, se realizó el Primer Encuentro Estatal de Turismo, aquí conocí a quien fuera mi primer contacto directo, cliente y amiga: Pati Castillo. Recuerdo con emoción y nostalgia su mensaje: Hola, podrías venir al hotel, hay trabajo que hacer.

Otra oportunidad, después de este evento fue ser capacitadora turística para prestadores de servicios en Catemaco, San Andrés Tuxtla y Tlacotalpan, Ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Aquí fue mi BOOM mental- profesional. La experiencia como capacitadora me fascino, aunque también me puso extremadamente nerviosa. Me daba (la verdad aún me da) pánico al hablar en público.

“Cuando algo te hace muy feliz y a la vez te da algo de miedo, es justo lo que necesitas”

Con esta experiencia logré identificar áreas de oportunidad respecto a los sectores, a los temas y a la dinámica de capacitación turística para la zona. Sin duda, como profesionista Los Tuxtlas son un campo fértil para sembrar, compartir y cosechar.

El contrato como capacitadora fue temporal, había llegado a su fin. Ideando estrategias, con el propósito de mantenerme en la zona imprimí algunas de mis fotografías, creando con ello Postales Veracruzanas. Hice contacto con algunos hoteles y cafeterías en Catemaco, donde me permitieron colocar mis postales para venta. Así conocí a más personas.

Semanas posteriores, la Red de Monitoreo Comunitario de Aves Huilotl Toxtlan decidió realizar un taller de fortalecimiento con el objetivo de impulsar una actividad productiva para la extraordinaria experiencia, información y conocimiento generados por casi 10 años de monitoreo de aves: el aviturismo. Tuve honor de ser facilitadora.

Aún motivada y esperanzada, tanto esfuerzo por mantenerme en la zona me estaba resultando agotador. Comenzaron a agotarse mis recursos, no solo financieros, sino también, mis ideas y energías, por lo que decidí hacer una pausa.

Regresé a mi natal Guanajuato.

Antes de irme, un extraordinario ser humano, mi amigo Chalo me sugirió e impulsó a ofrecer un curso de capacitación para restauranteros. Meses antes me había contratado para capacitar al personal de su restaurante: El Teterete, compartiéndome que había tenido resultados positivos. ¡ESOS SON AMIGOS!

Planifique el taller de capacitación para restauranteros, sin mucha esperanza ni expectativa, puesto que yo estaba en Guanajuato. Chalo me contactaba para darme motivadoras noticias, sobre la inscripción y confirmación de varios participantes.

En agradecimiento a esas personas y con objetivo exclusivo de cumplir dicho compromiso, regresé a Los Tuxtlas. El taller fue una extraordinaria experiencia más.

Estaba por regresar a Guanajuato, sin embargo, me contactaron participantes de mi reciente taller, me solicitaron capacitar al personal de su restaurante: Rancho Sustentable Doña Elia … me quedé una semana más. Después de esa semana, sorpresivamente tuve otra solicitud de capacitación para la cafetería La Bicicleta.

Y fue aquí, donde deje de pensar en mi retorno a tierras del bajío. Esto en definitiva era otra encrucijada, otra conspiración del universo. 

El resultado de mi trabajo.

Planifique, organice y realice nuevas capacitaciones, compartiendo otros temas: gestión de restaurantes, marketing turístico, atención a clientes.

Rematando mi buena racha profesional, Chalo, Luci y Margarito, amigos pajareros, me contactaron una tarde, para preguntarme si me interesaba iniciar un curso de formación como consultora en el Programa de Calidad Moderniza Ecoturístico, solicitaban les diera una respuesta instantánea, la razón: el curso iniciaba al día siguiente a las 08:00 de la mañana en Xalapa, a casi 6 horas de Catemaco, viajando en autobús. Llegue ojerosa y feliz.

Esta formación me permitió fusionar dos de mis grandes pasiones: la capacitación y el turismo de naturaleza. A cada consultor en formación se nos asignaron organizaciones interesadas en obtener el Distintivo Moderniza Ecoturístico. Afortunadamente, trabaje en Los Tuxtlas.

Otra encrucijada... retomando rumbo

Paralelo a esta formación llegó una nueva oportunidad de colaboración, fortalecer a centros de ecoturismo comunitario en la región. Era una preciosa oportunidad. Un sueño hecho realidad. El propósito era muy noble, pero el compromiso, el ambiente laboral, las acciones y esfuerzos a penas se encaminaban a cumplir lo planificado. Esto me causo un profundo conflicto y decepción. La colaboración comenzó a ir en contra de mi forma de trabajo, de mis valores y mi estabilidad mental. Siendo parte de situaciones y decisiones que yo no tomaba, que si me afectaban y con las que en definitiva no me quería involucrar, solo porque me estaban pagando. 

Renuncié.

¿Alguna vez te has detenido a pensar cuál es el propósito de tu trabajo, con quién o quiénes no quieres o si trabajar, bajo qué condiciones o qué tipo de proyectos no aceptarías jamás?

Inicie mi proceso selectivo. Tomando decisiones incómodas por conflictuar con los intereses de alguien más. Siendo asertiva y complaciendo a mi conciencia, aprendí a decir NO.

No es egoísmo, es congruencia.

Retomé mi camino como profesionista independiente. Esta ha sido una experiencia liberadora.

«Tu capacidad para cerrar un ciclo es proporcional a la claridad que tienes sobre la razón por la cual decides cerrarlo». Laura López
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